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El gusano se dobla para extenderse. Los dragones y las serpientes hibernan enrollándose para conservarse en vida.
I Ching.
El que me habita es inmenso, lo era antes y lo es ahora. Es de fuego, y cuando abre su boca sus llamas son indetenibles. Aunque puede transformarse en agua o en etéreas nubes, el fuego realmente lo habita. Nunca hay ratones cuando aparece. Si sobreviene, imponente, desconfiado y temeroso, lo mejor será dejarlo ser y hacer: él sabe la razón, siempre.
(Y ellos serán pequeños dragones húmedos, que vendrán en el momento indicado a arrojar agua y apaciguar la desmesura. Con la misma fuerza, con la misma grandeza y contenido mítico, pero con otra sabiduría: la paciencia.)
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