miércoles, 3 de febrero de 2016

Acidez





La película comenzaba con un “mirarla dolía”. A veces mirar duele, pero que dejen de mirarte también, o que te miren de otro modo, o mucho. O poquito. Es la mirada. Y la verdad y la mentira, y que te digan algo y después resulta que no. Mirar. No ver. Y también decir.

Las horas que parecen segundos de una charla te hacen ver. Te hacen ver muchas cosas. Que hay una mano que nunca llega a acariciarte, pero sí llegan las letras delineadas. Que puede ser verdad eso de la cura por la palabra. Pero también que puede ser mentira que algo del orden de la escucha o la lectura pueda brindar confianza. La acidez combinada con el amor puede hacer desastres. Podés desaparecer.

1 comentario:

Verónica Jorge dijo...

La ausencia de las miradas de los seres queridos que ya no estan en este mundo, la ausencia de la mirada de los seres por los cuales me creí amada alguna vez y que han decidido retirarme su mirada...En especial me refiero a uno,a mi ultimo lazo amoroso, los otros abandonos ya puedo tolerarlos muy bien y no querria recuperarlos...Un dia con éste ultimo pasarà lo mismo...quizas...como lei por ahi, se convertira en una ausencia que no duela mas. Mientras creo en las palabras y en la escucha,aunque algunas ausencias brillen por su presencia
y aunque muchas veces llore por lo que nunca mas volvera a suceder ( como dice Berger)