jueves, 28 de agosto de 2014

Performar










En el teatro kabuki*  los cambios de escenografía se realizan en medio de la ejecución de la obra. De repente aparecen los kuroko  (黒子), pequeños hombres vestidos de negro de pies a cabeza, y rápidamente comienzan a quitar y agregar distintos elementos a lo largo del escenario. Lo inverosímil, es que estos hombrecitos aparecen en medio de los personajes y circulan sin ser “notados”: es decir, para los espectadores y para los mismos actores son “invisibles”. Pero están allí, uno los ve, los acompaña con los ojos siendo testigos de la incorporación o ausencia de cada nuevo objeto.
Doble engaño: sabemos que están, hacemos como que no, cerramos los ojos sólo para imaginar un lugar vacío o un lugar atestado. Los abrimos para asistir a la magia de lo nuevo. Los vemos deslizarse en su propia oscuridad. Pero algo se nos hace fosforescente: en un momento dejan de estar.








*forma de teatro japonés tradicional caracterizado por un drama estilizado y el uso de elaborados maquillajes por parte de los actores

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