"Pichones de gorrión.
Pasar por un lugar donde juegan niños de pecho.
Ver un espejo extranjero con su luna manchada.
Una persona de alta condición detiene su carroza frente a mi casa, y ordena a su sirviente que solicite una cita.
Encender un incienso muy bueno, y acostarme sola.
Lavarme el cabello, maquillarme y vestir ropas perfumadas. En este caso me siento feliz y noble, aún cuando
nadie me observe.
Una noche que espero a mi amante, al escuchar el ruido de la lluvia en mi puerta y el golpeteo
del viento, sin motivo y de repente me sobresalto.
Extracto de “El libro de la almohada” de Sei Shonagon
(traducción de Amalia Sato)
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