sábado, 27 de febrero de 2010

Dedicar


DEDICATORIA. Episodio de lenguaje que acompaña todo regalo amoroso, real o proyectado, y, más generalmente, todo gesto, efectivo o interior, por el cual el sujeto dedica alguna cosa al ser amado.


Roland Barthes; Fragmentos de un discurso amoroso.



Un haiku acaracolado invade de ternura la búsqueda que emprendo.


Deslizo, impaciente primero, detenidamente después, mi mirada de festejo por sobre este episodio del lenguaje.


Lo veo arrastrarse, húmedo, cercano, hasta mí.


Y creo que es éste, lo encontré, me encontró, nos encontramos.


Lo traslado a papel de origami, como si el nuevo soporte pudiera contenerlo mejor, o por más tiempo.


Como si pudiera albergarnos a los dos,


En las alas de mil grullas que esperan, siempre, por ambos


“estas huellas de camello, para quien siempre encuentra caminos en el desierto más anodino…”


“encontrar un texto tan bello como la mujer que eres…”


“para seguir mirando subjetividades…”


“por nuevos fragmentos… siempre, siempre…”


Ser para el otro este episodio singular,


Que el otro sea la búsqueda empecinada de algo nuevo por decir, de un nuevo hogar, en un intento por llamarnos “casa”


… y ser refugio.

4 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

Esto que escribís es muy hermoso...

Karen dijo...

Gracias Ana...siempre gracias!

adela dijo...

Cada gesto, o lenguaje que usemos es único....el tuyo, Karen, que compartis con nosotros, es un susurro alegre en el alma, gracias

Karen dijo...

Gracias Adela! qué lindo que me visites...