miércoles, 12 de enero de 2011

Escrituras ínfimas



Un mensaje ínfimo me devuelve, me arrastra sin cuerdas a momentos únicos. Con su dulzura escrita pregunta (siempre lo hace), si aún respiro té.

Si aún me zambullo en el verde batido de fragilidades líquidas en el cual ella me enseñó a instalarme, y luego, a salir.

Si aún me olvido de mi olvido y mis sentidos me abrazan, para dejarme ir luego, suavemente, hasta quedar adormecida de aromas.

Si aún me siento sobre mis talones sin sentir mis piernas, pero sólo para experimentarlas en su plenitud.

Si aún entablo ese diálogo infinito, amable, simple, respetuoso, mientras acaricio el chawan.

Con su dulzura escrita, pregunta, si me he dejado ir.


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