domingo, 5 de octubre de 2008

Oda al vacío


Maldita manía, la mía



guardar sobras en la heladera, por si acaso




¿Por si acaso qué?



por si acaso después




Como quedarse con alguien, por si


Por si funciona, por si nos queremos algún día


Por si volvemos a soñar lo mismo, en el mismo sueño, en la misma noche, en la misma cama, con el mismo cuerpo.



Por si nos encontramos en el rincón, o allá en el fondo, donde está el frasco con la única aceituna que sobró.



Por si nos pudrimos juntos, nos marchitamos, nos ponemos verdes, despedimos mal olor, nos convertimos en seres extraños, nos salen patas como a insectos inventados.




Mi heladera brilla.

Tiene espejos, y todo se duplica.




No necesito guardar más sobras, no necesitamos pudrirnos, ni despedirnos en aromas agotados.



Inventamos ese vacío contenedor donde la descomposición es un chiste que nos ríe a los dos.



Reverdecimos acuosos, líquidos y transparentes.



Nos resguardamos



Y tiramos, por fin, lo lleno que nos escondía.




La heladera vacía



Y plenos los dos.


2 comentarios:

ºbataclanaº dijo...

me gusta. es increíble como la poesía a veces nos hace identificarnos con los sentimientos ajenos.

Karen dijo...

Gracias...